EL POLÍGRAFO O DETECTOR
DE MENTIRAS[1]
Soc. Sergio Vélez
Valarezo
servelez1@yahoo.com
"La medicina y la
moral descansan sobre una base común, sobre el conocimiento físico de la
naturaleza humana”[2]
Gran parte de
nuestra sociedad ha identificado y destacado como problemas graves y
amenazantes de la convivencia ciudadana –consecuentemente del Buen Vivir-, la
inseguridad y la corrupción, incluso por sobre el desempleo y otras lacras
sociales.
A nuestro
criterio, tales prioridades obligan al auscultamiento de sus verdaderas causas
y, por consiguiente, de las alternativas de corrección, y eliminación, si ello
fuera posible en el actual sistema imperante de relaciones sociales, en donde
el “culto por el becerro de oro” se ha transfigurado en la obtención “del oro
del becerro”, y cuyo exponente actual es el dinero.
Descartando
los múltiples elementos causales materiales, especialmente la ausencia de
medios de subsistencia, pero fundamentalmente la ambición por el
acrecentamiento de riqueza, debemos y podemos concordar que, sobre todo, tales
problemas radican en la disminución, pérdida o ausencia de valores morales y
normas éticas.
Para
enfrentar y enmendar tal situación se ha propuesto medidas o políticas que
atiendan la educación, sobre todo en el seno de la familia, de la escuela, de
las instituciones sociales, etc.
Concordando
con Nietzche cuando sostiene que "El pensamiento moral sigue nuestra
conducta, no la dirige", podríamos afirmar que son las malas prácticas y
acciones de los padres, maestros, políticos, funcionarios, personalidades
públicas, etc., quienes han orientado, liderado y determinado la moralidad y
ética de la sociedad a la que pertenecemos.
Es decir, los
mecanismos educativos, individuales o colectivos, aunque se conviertan en “políticas
de estado” no podrán lograr resultados satisfactorios y tangibles.
En efecto, en
nuestra sociedad la práctica moral y ética aceptable sucede en un bajo
porcentaje, y probablemente los honestos no seamos más, como cree el Presidente
Correa, pues como sostiene Bolívar Echeverría, heredamos una cultura corrupta
proveniente del “barroco español”, implantada colonialmente, que aún continúa
siendo parte de nuestra “identidad” mestiza. Por lo tanto la degradación
continúa en curso, tanto así como la falsificación de firmas por parte de los
movimientos y partidos, abocados a cumplir el requisito de demostrar el
respaldo ciudadano y calificarse para participar en el gobierno del país. Más
aún, los datos que dan cuenta de la creciente impunidad -a pesar de todas las
medidas adoptadas-, confirmarían lo aseverado.
Siendo así,
corresponde recurrir a otros instrumentos, especialmente aquellos creados por
la tecnología, como el cardiograma, que desde hace décadas nos permite acceder
a un diagnóstico bastante certero del funcionamiento del corazón, y
consecuentemente atender de mejor manera sus anomalías.
En el campo
de la moral y la ética, el desarrollo científico-técnico ha logrado
producir el polígrafo o detector de
mentiras, actualmente en uso en varios países -que continúan marcando el rumbo
del futuro, a pesar de todo-, como Estados
Unidos, Canadá, Inglaterra, Holanda, Rusia, Bélgica, Israel, Japón, Australia,
entre otros, en donde lo han validado como instrumento idóneo y prueba judicial,
pues su fiabilidad oscila entre el 80 y el 95%.
Consideramos
que el Ecuador debe proceder a aprobar su aplicación legal como mecanismo
válido de administración de justicia, o de calificación moral y ética, y sobre
lo cual no ha habido ningún pronunciamiento valedero, con excepción del
Presidente Correa quien se ha atrevido, en dos o tres ocasiones, a someterse a
la aplicación del mismo, sin que nadie responda al reto o exprese su
inconformidad.
En términos concretos, y dado el bajo índice de idoneidad y confiabilidad
ética de las decisiones de los “operadores de justicia”, que alcanzaría
actualmente, como máximo, el 20%, ¿no sería mejor apoyarse o someterse a los
resultados del polígrafo o detector de mentiras?
Más aún, parece posible y, sobre todo, necesario plantear la creación de
una cédula de identidad moral-ética –adicional a la actual cédula de
identificación física-, basada en los resultados de la aplicación del
polígrafo, voluntaria para todos los ciudadanos, pero obligatoria para quienes aspiren
a ejercer una responsabilidad pública o social.
Parece que ha llegado el momento de establecer el “conocimiento físico de
la naturaleza humana” -como planteó Séneca, hace dos milenios-, en el orden
ético, recurriendo a la aplicación del polígrafo que nos brindaría esa
posibilidad, de manera confiable.
¿Qué grado de solvencia moral y ética tenemos cada uno de nosotros? ¡Es
posible medirla, con un bajo grado de error! Atrevámonos a optar por esta
alternativa, como lo ha propuesto prácticamente el Presidente Correa.
Tan importante es esta decisión, para dejar de engañarnos socialmente y
lograr la transparencia “identitaria”, pues, además, redundaría en beneficio
del descubrimiento de otros “engaños sociales”[3],
como debería y podría plantearse para el caso de la ciudadanía de cada
individuo, que debería medírsela basada en una prueba de conocimientos o de
aprehensión de los derechos, deberes y garantías, contenidos en nuestra
Constitución, con el objetivo de promoverla y construirla, y, consecuentemente, contar con una consciente y proactiva
participación ciudadana en todos los niveles del ejercicio de la dirección,
poder, fiscalización, veeduría, observación, control, solidaridad, etc., más
aún cuando, legalmente, tales funciones y responsabilidades buscan asentarse y
lograr su “empoderamiento” por parte de las comunidades barriales y
parroquiales, para lograr una verdadera democracia, o gobierno del pueblo.[4]
En conclusión, la transparencia debe asentarse no sólo en el Estado sino,
y sobre todo, en la “sociedad civil”, y, especialmente, en quienes estamos
dispuestos a construir la sociedad del Buen Vivir, o el Socialismo del Siglo
XXI, como alternativa urgente y necesaria frente al capitalismo apocaliptico
imperante.
[1] El
presente artículo es un resumen del “Proyecto de investigación y propuesta de
inclusión del polígrafo para el mejoramiento de la administración de justicia,
y recuperación moral y ética de la sociedad ecuatoriana”, del mismo autor.
[2] Séneca,
Lucio Anneo, http://wwwfrasedehoy.com, Internet.
[3] Caracterización
correcta expresada por el Presidente en su informe semanal realizado el pasado
sábado 21 de julio de 2012.
[4]“Para muestra un
botón”, como decía mi abuela. La ciudadanía para los inmigrantes en USA se la
adquiere, o se la otorga, luego de aprobar un cuestionario básico de 100
preguntas, cuyo requisito tendería a contar con personas básicamente enteradas
del significado de la ciudadanía en dicho país. Más aún en el nuestro, que ha
logrado liderar mundialmente en el campo del derecho constitucional, basado
esencialmente en el reconocimiento de los derechos de todos y cada uno, y la
garantía de su atención y cumplimiento a cargo del Estado y de la sociedad en
su conjunto.